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1/4/09

Premio a la mentira publicitaria


En el blog del periódico español Periodistas DIGITAL salio este artículo que viene a sumar las muchas denuncias que hay en los sitios de internet sobre los productos de Danone y la Serenísima.

PD)28-03-2009 .- El Premio a la mentira publicitaria más insolente es un galardón que otorga Foodwatch, una asociación alemana sin ánimo de lucro que intenta defender los intereses y derechos de los consumidores alemanes, y denunciar algunas de las prácticas de la industria agroalimentaria.

Foodwatch realiza análisis e investigaciones independientes sobre los alimentos, para determinar sus componentes. También denuncia las prácticas publicitarias engañosas.

Como cuenta GastronomiayCia, el Premio a la mentira publicitaria más insolente (Goldener Windbeutel 2009) no es algo que las empresas puedan aplaudir, ya que se trata de una denuncia sobre sus prácticas. Pues bien, el premio ha sido otorgado este año a la multinacional de productos alimenticios Danone, por uno de sus productos estrella, el lácteo probiótico Actimel.

Denuncia Foodwatch que la campaña de Actimel es un burdo engaño y pone el acento en el eslogan “Actimel activa tus defensas”.

Alegan los expertos de Foodwatch que Actimel no protege frente a las enfermedades y aunque refuerza el sistema inmunológico, no lo hace tan eficazmente como lo puede hacer un yogur tradicional.

Foodwatch argumenta que el precio del producto es hasta cuatro veces más caro que un yogur y además es mucho más azucarado. Finalmente concluye que la campaña saludable que gira entorno a Actimel es un puro cuento.

El Premio a la mentira publicitaria más insolente se ha otorgado mediante votación popular vía internet, a través de la página de esta asociación. Actimel fue el producto galardonado por mayoría absoluta, de los 35.000 votantes, el 47% votó a este producto.

Por supuesto, el Grupo Danone no ha aceptado el galardón y ha iniciado campañas informativas para contrarrestar lo declarado por Foodwatch, argumentando que esta asociación lo único que pretende es confundir a los consumidores. El Grupo Danone manifiesta que toda la información que facilita está respaldada científicamente, conducta y filosofía habitual de la empresa.

El caso es que Actimel no es el único producto de la empresa en el que recae la denuncia de publicidad engañosa, las natillas, el yogur Activia de Danone (o el actual Compensa) y otros productos, forman un conjunto que pone en tela de juicio la honorabilidad y la filosofía a la que apela el grupo Danone.

Brasil abre debate sobre obligatoriedad del título para ejercer el periodismo

El Supremo Tribunal Federal de Brasil aplazó hoy hasta el próximo 15 de abril un fallo sobre la exigencia del título universitario para trabajar de periodista, un debate ya superado en muchos países de América pero que está aún latente en otros. Los magistrados brasileños retomarán dentro de 15 días el juicio en el que deberán analizar una demanda del Sindicato de Empresas de Radio y Televisión, que pide anular la obligatoriedad del diploma para el ejercicio del periodismo, impuesta hace 40 años por la dictadura militar, informó Efe.

Aunque en algunos países americanos se mantienen, en la mayoría no existen exigencias académicas para la profesión periodística, sobre todo porque se considera que recoger información y transmitirla es un derecho fundamental de todo ciudadano en una democracia. Ese principio es defendido incluso por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y fue consagrado en la Declaración de Chapultepec, adoptada por la Conferencia Hemisférica sobre Libertad de Expresión celebrada en la capital mexicana en 1994.

Aún así, en Bolivia, Cuba, Chile, Honduras y Nicaragua, aunque con matices, se exige el título universitario o la colegiación es obligatoria para aquellas personas dedicadas a la información. En Chile, la Ley de Prensa de 2001 establece como obligatorio el título universitario, pero deja huecos que permiten que personas sin diploma trabajen en los medios en su artículo 1, que consagra "la libertad de emitir opinión y la de informar" como un "derecho fundamental de todas las personas". Para ejercer el periodismo en Cuba, un caso particular por la ausencia de medios privados, se exige nivel universitario, pero no exclusivamente un título en el área de comunicación.

En Honduras se imponen el título y la colegiación obligatoria, pero aun así hay periodistas que ejercen sin esos requisitos, en parte porque los editores los contratan sin muchos pruritos. Lo mismo ocurre en Bolivia, donde la exigencia del título está en la ley, pero "no se cumple", según explicó a Efe el presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz, Ronald Grebe. Según Grebe, el Estatuto Orgánico del Periodista, que data de la década de los años 80, ha sido prácticamente olvidado y no existen proyectos ni movimientos a favor de que se cumpla ni de que se suprima.

En Nicaragua, los periodistas son obligados a colegiarse y para eso es necesario el título, requisito que ha sido contestado por algunos diarios y empresas de televisión ante la Corte Suprema, que aún no ha fallado sobre el asunto. No obstante, los medios contratan a sus periodistas de forma discrecional, ya sean empíricos o titulados, aunque prefieren a los que acreditan formación académica.

En el otro extremo se sitúan, también con sus particularidades, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En ninguno de esos países se exige ni título ni colegiación, pero el asunto sí es objeto de debates en Paraguay, República Dominicana y Venezuela. El Sindicato de Periodistas del Paraguay ha intentado en varias ocasiones llegar a un acuerdo para reglamentar el ejercicio de la profesión, así como el Colegio Dominicano de Periodistas aboga por el establecimiento de la titulación obligatoria.

En Venezuela, una norma del Ejercicio del Periodismo elaborada por el Consejo Nacional de Periodistas plantea la exigencia del título, pero no existe una norma semejante refrendada por el Estado, por lo que aquella carece de efectividad legal. Como en otros países, muchos de los periodistas que ejercen en Venezuela, incluso algunos de los más reconocidos, carecen de título universitario, al menos en el área de comunicación.

Un caso particular es el de Estados Unidos, donde los dueños de medios y los propios periodistas se oponen a cualquier reglamentación de la profesión. Esta postura es apoyada por gremios, asociaciones profesionales y académicos y se basa en la creencia de que una normativa rígida para el periodismo atentaría contra la libertad de expresión, consagrada en la Constitución.

Con información de EFE

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