Grupo DirCom

26/5/08

El agasajo. ¿cómo pensarlo?

Por Gustavo Coppola

Acercándose la fecha, los agasajos a periodistas suelen suscitar malas interpretaciones. Si el evento es demasiado ostentoso se puede caer en la presión por parte de la empresa sobre el periodista para que publique notas. Si es demasiado austero, el riesgo es la crítica despiadada. ¿Existe el término medio? Tal vez la variable haya que ponerla en la interacción y no en la comida. Ésta puede ser solo la excusa para el encuentro entre amigos.

Un ejemplo puede ser la ocurrida el mediodía del 28 de mayo, la consultora RM invito a un periodista de Revista DIRCOM, por parte de su cliente Gustavo Quiroga, a un frugal y delicioso almuerzo. El convite, por el día del periodista, reunió a muchos amigos en torno a una mesa llena de anécdotas. No fue uno más de esos almuerzos donde la convocatoria multitudinaria esconde a las personas de las personas, sino esas reuniones donde la charla, amena y directa, ofrece algo más que la simple relación profesional. Un verdadero trabajo de PR.

Entre carnes rellenas, helados y vino, Romina nos contó como algunos datos sobre su agencia y clientes; el anfitrión sobre los cursos que está dictando y el porque de ello y algunos colegas despacharon datos off de record –obviamente- sobre temas de actualidad. Luego, ya sin cubiertos en la mano y con las copas a medio llenar, la charla giró hacia esos temas de sobremesa: la historia argentina y como se conforma el relato de la realidad, mientras degustábamos café y chocolates de Nespresso.

La tarde ya comenzaba su segundo tiempo y los amigos se fueron retirando con el simple regalo de haber pasado un momento alejado del trajín diario, la vertiginosidad de la noticia y el cierre del día. Así, el tercer piso del Emporio Armani de la Avenida Alvear perdía la mística generada en esas pocas horas y se convertía, nuevamente, en el café de la tienda.

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