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19/4/08

El probable colapso de Internet


Expertos de Nemertes Research vaticinan un posible colapso de Internet para 2010 que nos retornaría a una etapa pre-informática. Nueva y paradójica enfermedad por sobreinformación.

Por Enrique Valiente Noailles

Algunos de los temores de la sociedad de la información, ciertamente justificados, tienen que ver con la imposibilidad de proteger la privacidad. Para escribir un libro sobre la materia, por ejemplo, David Holtzman, ex analista de inteligencia, decidió buscar cuánta información podía obtener de sí mismo de fuentes que estuvieran disponibles para cualquier persona. Cuando juntó los datos, había sido capaz de descubrir tanto de sí mismo que su editor le impidió que publicara todo lo encontrado. La información de crédito, las transacciones financieras, el listado de llamadas telefónicas y e-mails, las páginas web que visitaba, entre otras cosas, configuraban un rastro absolutamente preciso de su vida. Hasta había registros de su circuncisión.

Sin embargo, justamente porque la información digital ha pasado a ser el sistema nervioso central de la sociedad contemporánea, han despertado ahora inquietudes de otro orden. La infraestructura y las arterias de ese sistema podrían infartar por completo, reenviándonos de manera involuntaria a una situación preinformática.

Expertos de Nemertes Research acaban de pronosticar el posible colapso de internet para 2010. Unos 1.330 millones de personas usan internet cada día, 162.662 millones de sitios coexisten en la web, y cada día YouTube distribuye el equivalente a 75.000 millones de correos electrónicos.

Imaginemos un mundo en el que se vieran afectados seriamente la actividad de los bancos, los teléfonos, los correos electrónicos y el comercio en general.

El tamaño del cosmos digital se calcula hoy en 281.000 millones de gigabytes. Como si quisiera recordarnos su configuración dual, la realidad tiene una tendencia a corregir toda forma de unilateralidad y exceso.

A una gran explosión sucede muchas veces una implosión (regla implícita a la que pocas cosas se sustraen, como lo demuestran en estos días también los mercados de crédito).

Tal como algunos predicen para el universo real, es enteramente posible que al Big Bang del universo digital pueda sucederle un Big Crunch, movimiento simétrico e inverso de similar intensidad a la explosión original.

Y así como alguna vez el deseo de la humanidad fue salir del anonimato, dejar minuciosas huellas y precisos registros de sí, podría estar germinando también un movimiento inverso, un oculto deseo de borrar el rastro tras de sí.

Este arículo de opinión fue publicado en el diario Los Andes de Mendoza

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